El color oscuro de las lentes no está relacionado con la protección frente a los rayos UV, pues la oscuridad de la lente sólo disminuye la cantidad de luz que llega al ojo, pero no significa que cuenten con el filtro UV adecuado. La mayoría de las personas no perciben este daño, ya que la visión es correcta, pero a largo plazo estas lentes implican la aparición de problemas oculares como visión defectuosa o desviaciones oculares.
Según explica Laura de Yñigo, portavoz del Instituto Varilux, “cuando se usan gafas de sol sin protección ultravioleta, la pupila se dilata y los rayos UV pueden entrar sin barreras en el ojo, por eso, es incluso más peligroso llevar unas lentes sin protección ultravioleta que no usarlas”.
A corto plazo, el uso de lentes sin protección puede provocar enrojecimiento, irritación, lagrimeo, y una sensación molesta como si tuviéramos arena dentro de los ojos. Incluso podemos sufrir visión borrosa y pérdida temporal de la visión cuando el sol quema nuestros ojos. De hecho, es frecuente al sentir estas molestias pensar que son debidas el agua del mar o el cloro de la piscina, o bien, que la arena ha entrado en ellos causando malestar, pero la realidad es que la mayoría de las veces, los síntomas vienen dados porque el sol ha dañado nuestros ojos. Pero además, a largo plazo, la falta de protección puede producir graves lesiones oculares como cataratas, queratitis.
Las lentes solares son un producto sanitario regulado por una directiva europea y su adquisición debe hacerse en establecimientos sanitarios ópticos para garantizar su seguridad y calidad. En ocasiones, las lentes distribuidas a través del “top manta” o mercadillos pueden incluso llevar una etiqueta que incite a pensar que las lentes contienen el certificado oficial de la CE, pero es importante tener claro que sólo las adquiridas en ópticas o centros autorizados garantizan esta certificación.
Los especialistas en la visión recuerdan que debemos acostumbrarnos a no salir de casa sin unas gafas de sol con Factor de Protección solar para los Ojos (E-SPF), un nuevo índice desarrollado por Essilor que certifica el nivel real de protección UV proporcionado por la lente. Este factor de protección solar de la lente debe ser de al menos E-SPF 25. FV
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