Esta iniciativa ha surgido de la asociación médica Barcelona Salud, entidad sin ánimo de lucro, impulsada por 25 médicos conocidos e investigadores, que han contado con la colaboración de la Fundación Brugada (Dr. Josep Brugada, director médico del Hospital Clínic y el Dr. Ramon Brugada, decano de la Facultat de Medicina de la Universitat de Girona). Esta fundación ya promovió hace tres años el primer estudio sobre desfibrilación pública en las comarcas de Gerona mediante un acuerdo con DipSalut, organismo de la Diputación de Gerona.
La iniciativa es pionera en el mundo en diferentes aspectos: es fruto de la colaboración privada, tiene coste cero para la farmacia y requiere la implicación del farmacéutico. El objetivo es salvar vidas en casos tan urgentes y repentinos como la muerte súbita. El objetivo es que toda persona que se encuentre en Barcelona tenga a su alcance, a menos de 250 metros, un desfibrilador localizable y un farmacéutico dispuesto a a ayudar.
La iniciativa, que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona, el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) de la Generalitat y el Ministerio de Sanidad, con la financiación de Laboratorios Ferrer y la Fundación Axa, quiere reducir 150 fallecimientos al año a través de dotar a las 1.024 farmacias barcelonesas de un desfibrilador automático inteligente.
A finales de este mes, los desfibriladores se empezarán a instalar en 25 farmacias. En el primer cuatrimestre del año que viene, los aparatos se instalarán en otras 80 farmacias, y entre 2014 y 2015 se cubrirán el resto de establecimientos de farmacia, gracias a la colaboración de la Asociación de Farmacias de Barcelona (AFB). FV
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