Cuando caminamos o permanecesmos de pie, el peso de nuestro cuerpo es soportado por el talón y la zona plantar del antepie, donde la piel es más gruesa para resistir la presión. Cuando esta presión empieza a intensificarse, tienen a aparecer durezas o callosidades, es decir, hiperqueratosis. La mayor parte de las durezas son síntomas de un problema subyacente (deformidades óseas, una forma determinada de andar o el uso de calzado inadecuado). Sin embargo, en otros casos, es debido a la tendencia natural de algunas personas a desarrollar durezas debido a su tipología de piel.
Los podólogos aconsejan tratar este tipo de complicaciones mediante el raspado moderado con piedra pómez y mediante la aplicación de una crema hidratante y nutritiva adecuada, ya que la hidratación se encarga de que la piel mantenga su elasticidad.
Con el objetivo de evaluar la eficacia de la crema ultra-hidratante de pies Neutrogena, formulada con un 40% de glicerina, la compañía Johnson&Johnson ha llevado a cabo un estudio dermatológico controlado a siete días con este tipo de complicaciones en individuos con la piel de los talones con sequedad extrema, áspera y agrietada. Los resultados mostraron una mejora significativa de los talones tratados mediante una hidratación con el principio activo de glicerina versus los no tratados para los parámetros de grietas, sequedad y suavidad.
De acuerdo con las conclusiones globales del estudio, se pone de manifiesto que la hidratación ha mostrado ser efectiva en la mejora de la piel de los talones en personas con talones agrietados, ásperos y muy secos, generando así unos pies y talones más sanos, menos ásperos y sin grietas durante más tiempo. FV
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