La piel del párpado es la principal barrera mecánica para evitar la entrada de microorganismos. En los procesos en los que esta protección se ve interrumpida por medios físicos, como la cirugía palpebral, puede producirse infección por parte de algunos microorganismos de la flora palpebral. Para reducir el riesgo es importante realizar tratamientos postoperatorios que incluyan pomadas o colirios antibióticos y complementarlos con una correcta higiene palpebral.
Tras la cirugía menor de párpado, el uso de toallitas con agentes limpiadores y componentes con propiedades antimicrobianas ha llevado a observar que las heridas cicatrizan limpiamente. Es decir, sin crear costras e impidiendo una posible sobreinfección. FV
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