La adherencia al tratamiento de los pacientes con enfermedades crónicas se ha situado en los últimos años como un problema de salud pública. Incumplir las indicaciones de los profesionales sanitarios puede suponer un empeoramiento de la enfermedad, un incremento de la morbi-mortalidad, la disminución de la calidad de vida y la necesidad de administrar otros tratamientos, además de aumentar el consumo de recursos socio-sanitarios.
A ese respecto, el Dr. José Manuel Ribera, Presidente del OAT, afirma que “para los farmacéuticos es necesario avanzar en fármacos y herramientas que garanticen el control de la enfermedad, lo cual redundará en una mayor calidad de vida y en unos costes socioeconómicos más asumibles”.
“Casi la mitad (43%) de los pacientes con medicamentos para enfermedades crónicas dejan de tomarlas al cabo de un año, cifras que incluso se incrementan al referirse a determinadas patologías con una alta incidencia e independientemente de la gravedad. La optimización de la adherencia tiene un impacto inmediato en el manejo del gasto en sanidad y, de hecho, la mejora de la adherencia tiene un impacto superior en la salud de la población”, señala el Dr. Julio Zarco, Secretario del OAT.
La iniciativa del OAT cuenta con el apoyo de instituciones como el Consejo Nacional de Enfermería, FEFE, sociedades científicas, etc. FV
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