La Fundación para la Excelencia y la Calidad de la Oncología (ECO) ha celebrado su 2ª Cumbre Europea sobre Tumores Agnósticos (ACTION), siendo Málaga el escenario escogido para este evento. Durante la cumbre, se han reunido expertos internacionales que han avanzado en la comprensión del nuevo paradigma de la oncología molecular, que presenta un gran potencial para cambiar el escenario terapéutico oncológico. De esta forma, el encuentro ha servido para revisar y actualizar el abordaje oncológico en tumores agnósticos, así como para compartir los desafíos que presenta, sus beneficios y cuáles son los puntos críticos en la práctica clínica.
“La identificación de mutaciones procesables está revolucionando el panorama terapéutico de los tumores. Las características morfológicas e histológicas del tumor se enriquecen con un perfil genómico extenso y esto ha llevado a que empiecen a aprobarse los primeros fármacos que actúan de forma independiente del origen del tumor, guiados por alteraciones genéticas predictivas y farmacológicas”, explica el Dr. Jesús García-Foncillas, presidente de la Fundación ECO, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid y miembro del comité científico de esta cumbre.
En el encuentro uno de los bloques se ha centrado en la revisión de nuevas indicaciones para tumores agnósticos, ofreciendo una visión integral de las investigaciones actuales en Oncología, destacando diferentes aspectos moleculares, terapias específicas y enfoques diagnósticos para mejorar la comprensión y el tratamiento de los tumores sólidos.
Un programa amplio y diverso
En este sentido, se ha discutido sobre enzimas como MAT2A y PRMT5, cuyo estudio podría revelar información crucial sobre los mecanismos de ciertos tumores. Otra presentación se ha centrado en el uso pasado de inhibidores de PI3K para tratar tumores sólidos con mutaciones en PIK3CA, ofreciendo un enfoque prometedor. También se exploraron terapias de amplio espectro, destacando el potencial de los conjugados anticuerpo-fármaco o ADC, que se dirigen a diversos marcadores como HER2, HER3 o Claudin, entre otros.
Las fusiones génicas NTRK en tumores sólidos fueron objeto destacado de una de las presentaciones, en la cual se examinaron su relevancia, prevalencia y estrategias diagnósticas agnósticas en ese momento. Planteándose la pregunta de si NTRK es el único marcador verdaderamente agnóstico, explorando la posibilidad de haber identificado objetivos terapéuticos específicos en diversos tipos de tumores. Tras esta presentación, los especialistas comentaron la importancia de que, tras un largo período de espera, finalmente España ya dispone de dos fármacos aprobados para el tratamiento de tumores sólidos que expresen fusión de NTRK: Larotrectinib y Entrectinib —este último con entrada en el Nomenclator el próximo 1 de diciembre—.
Otras cuestiones que se abordaron, además, durante la celebración del evento fueron las investigaciones para mejorar la precisión de los tratamientos de inmunoterapia, abordando cuestiones como los determinantes de la actividad y la eficacia de las terapias anti PD1/PD-L1 en pacientes con tumores sólidos, la combinación de estos con inhibidores de PARP o cómo afecta la inestabilidad de microsatélites en el entorno ayudante.
También hubo tiempo para hablar de cómo se está avanzando para conseguir hacer realidad el abordaje agnóstico de los tumores, así como los retos y posibilidades que el acceso a estas nuevas terapias ofrece en el contexto de Europa.
¿Qué son los tumores agnósticos?
Durante muchos años, los medicamentos para el tratamiento del cáncer se han desarrollado en función del lugar de origen del tumor. Sin embargo, la investigación más reciente está permitiendo entender mucho mejor los cambios genéticos y moleculares que se producen en las células y que acaban siendo el origen del cáncer. Los tumores agnósticos son una forma innovadora de abordar el tratamiento del cáncer, ya que se refieren a terapias farmacológicas que se utilizan para tratar cualquier tipo de cáncer, independientemente del lugar del cuerpo donde se originó o del tipo de tejido a partir del cual se desarrolló.
Estos tratamientos se basan en pruebas de los genes u otras características moleculares del tumor, lo que permite dirigir la terapia a una alteración molecular específica, en lugar de centrarse en la ubicación del órgano afectado. Esta aproximación representa un cambio significativo en la forma de tratar el cáncer, ya que disminuye el énfasis en el órgano de origen y se centra en el perfil genético del tumor, lo que puede conducir a terapias más efectivas y con menos efectos secundarios que los tratamientos convencionales, como la quimioterapia. Este enfoque es importante para los pacientes, ya que ofrece la posibilidad de recibir tratamientos más específicos y personalizados, lo que puede mejorar significativamente el pronóstico y la calidad de vida de las personas afectadas por el cáncer.