Al tener un mínimo contacto con el aire, la luz y las bacterias no hay riesgo de oxidación de las fórmulas ni de contaminación. Hay que tener en cuenta que algunos ingredientes como los péptidos se degradan al tomar contacto con el aire y disminuyen su eficacia. El émbolo de presión al vacío dispensa la dosis justa de producto en cada uso, y en idénticas condiciones que recién fabricado, con un máximo aprovechamiento del contenido. Los envases se pueden recargar sin necesidad de utilizar cánulas.
En los tarros: tienen un sistema de vacío continuo, por lo que el cosmético no entra en contacto con el aire ni se manipula directamente con las manos, de forma que está libre de contaminación por bacterias. A medida que se va consumiendo, el pistón interno impulsa el contenido hacia arriba, con lo que no se desperdicia producto.
En los tubos. Lo mejor de este formato reside en su máximo aprovechamiento de producto gracias a la perfecta dosis que ofrece. El sistema de vacío hace que el envase, una vez el producto se está consumiendo, se vaya estrechando hasta la ultima aplicación.
En los botes. En el caso de los productos capilares Laboratorios + Farma Dorsch cada botella contiene un sistema barrera que minimiza el contacto del producto cosmético con el aire y lo aísla de los agentes externos. Además, se ha utilizado la tecnología “Bag-inBottle”, una bolsa sellada herméticamente dentro de la botella airless que se adhiere a ella convirtiendo el envase en un sistema de vacío que imposibilita la contaminación y permite aprovechar el producto al máximo. La ranura que se encuentra en la base del producto es la que permite que entre el aire y hace posible que el producto salga de la bolsa con cada dosificación. Si no fuera por ella, la parte exterior del producto se iría deformando. Además, si la bolsa no estuviera sellada por completo no se podría presionar el tapón. Al no contener cánula ni muelle es totalmente reciclable.