La norma ISO 9999:2016 recoge la terminología y clasificación de los productos de apoyo. Dentro de estos productos, con el código ISO 06, se encuentran las ortesis, definidas como “dispositivos que se aplican externamente y se utilizan para modi car las características estructurales y funcionales de los sistemas neuromuscular y esquelético”
Las ortesis son productos sanitarios y, como tal, forma parte de la atención farmacéutica su adquisición, conservación, distribución, custodia y dispensación, si bien solo de aquellas ortesis seriadas (marcado CE), que no requieran adaptación individualizada. En función de la legislación autonómica, las farmacias podrán también realizar estas adaptaciones si disponen de sección de ortopedia legalmentebautorizada.
Tipos de ortesis en la farmacia
• Compresivas: si son de tejido elástico, su único efecto es compresivo, lo que ayuda a disminuir el edema si lo hay y tienen un efecto propioceptivo (nos hacen recordar la lesión y por tanto esforzarnos en no sobrecargar la zona). Las tobilleras, rodilleras, etc que conocemos como efectos y accesorios, con cupón precinto, son de este tipo. Si son de neopreno, a la compresión le añadimos la acción del calor. Este efecto térmico puede interesarnos pasadas 72 horas de la lesión, para mejorar el aporte sanguíneo a la zona, en la práctica deportiva o para mejorar la movilidad en lesiones más crónicas, pero si hay inflamación puede empeorar el cuadro. Se utilizan en lesiones leves. El problema de este tipo de ortesis (tanto textiles como de neopreno), es que pueden dar una sensación de estabilización que realmente no aportan.
• Estabilizadoras: Permiten unos movimientos pero limitan otros. Estabilizan la zona lesionada combinando tejidos de distintas elasticidades, una parte compresiva y cinchas o tejido elásticos/neopreno con otros materiales más rígidos como flejes metálicos o plásticos. Algunas de ellas vienen preparadas de serie, pero en otras se debe dar forma alguna de las partes más rígidas por lo que estas últimas no podrán dispensarse en las farmacias sin sección autorizada.
• Inmovilizadoras: limitan la totalidad del movimiento, dejando la articulación en una posición determinada, bien antiálgica o bien favorecedora de la recuperación. Como norma general, este tipo de ortesis sólo deben colocarse bajo prescripción facultativa y al igual que en el caso anterior, si requieren adaptación no podrán dispensarse en las farmacias sin sección autorizada.
Abordaremos en este artículo, de forma rápida pues el tema es extenso, los tipos de ortesis más habituales en oficina de farmacia y su indicación terapéutica. Para movernos a través de las distintas ortesis y sus aplicaciones seguiremos la clasificación ISO de la que ya hemos hablado.
06.03: ORTESIS CRANEALES Y RAQUÍDEAS
• Collarines: los blandos están indicados en esguinces cervicales o tras un traumatismo cervical leve o latigazo cervical, aunque su eficacia es limitada.
• Fajas: para que aporten un soporte correcto a la columna deben tener algún sistema estabilizador (flejes, placas,…). A nivel de oficina de farmacia son las lumbosacras las más habituales. Se utilizan en osteoporosis, artrosis, discopatías, lumbalgias, ciáticas y a veces de forma preventiva como en motoristas, culturistas o ciertas profesiones (fajas de trabajo). Se suelen cerrar en la parte delantera mediante velcro y las más completas llevan un segundo sistema mediante cinchas o poleas que permite un mayor ajuste en momentos de posible sobrecarga (al coger peso, hacer las camas,…). La toma de medida suele ser el contorno a nivel de trocánter mayor, aunque algunas utilizan también cintura o cadera. Las fajas solo de tejido elástico deben evitarse en lesiones de columna, pues no realizan una estabilización real pero su uso debilita la musculatura, por lo que pueden ser contraproducentes.
06.04 ORTESIS ABDOMINALES
Entrarían aquí las fajas abdominales, como las utilizadas para contener la musculatura abdominal después de cirugía. Las más habituales constan de tres bandas de tejido elástico unidas entre sí, aunque también existen de cuatro bandas (o de 2 bandas para las costillas).
También estarían incluidas las sujeciones para hernia abdominal o inguinal en este apartado.
06.06 ORTESIS DE MIEMBRO SUPERIOR
• Dedos: en la farmacia podemos tener férulas para evitar luxaciones de las falanges en la práctica deportiva (baloncesto, balonmano…) o para inmovilizarlas si ya han ocurrido, como las férulas de stack. El dedo en gatillo también puede beneficiarse del uso de ortesis de este tipo.
• Muñeca y pulgar: a nivel de oficina de farmacia sin sección de ortopedia solo podremos trabajar aquellas ortesis que no requieran adaptación. En el caso de muñequeras, cuando llevan flejes, bien sea palmar o pulgar, se requiere una manipulación de los mismos para colocar la mano y/o el pulgar en la posición idónea en función de la lesión, por lo que a la farmacia comunitaria no especializada se le limita la actuación a ortesis compresivas elásticas o de neopreno para patologías leves, que en ocasiones pueden contar con alguna cincha de ajuste.
• Codo: las coderas (con o sin cincha) y las cinchas se utilizan en epicondilitis (dolor en epicóndilo, parte externa) o epitrocleítis (dolor n epitróclea, parte interna). Pueden llevar rodetes de silicona que presionan/masajean la zona lesionada.
• Hombro: las lesiones por artrosis o las lesiones leves pueden bene ciarse de la compresión y calor de hombreras de neopreno. En lesiones más graves, se puede necesitar un cabestrillo (pueden necesitarse también en lesiones de brazo, codo, antebrazo y muñeca) o un inmovilizador de hombro, que pasa una cincha por la cintura para pegar brazo y antebrazo al cuerpo y evitar el movimiento. Existen cabestrillos polivalentes, en los que la cincha de la cintura puede ponerse si se requiere una inmovilización. Es importante señalar que el cabestrillo nunca debe ir a ambos lados del cuello, sino una parte debe discurrir por la espalda.
06.12 ORTESIS DE MIEMBRO INFERIOR
Pie: la variedad de ortesis es amplísima. En este caso, suelen realizarse en siliconas o materiales viscoelásticos que pueden estar forrados:
• Dedos de los pies:
– Separadores: bien con forma de media luna o de carrete, se utilizan para evitar roces entre los dedos o que los dedos se “monten” unos encima de otros.
– Dediles: de espuma o silicona protegen los dedos de roces entre sí o con el calzado.
– Protectores para callos o helomas.
– Ratoncillos: dan soporte para evitar malos apoyos en dedos en garra o en martillo que sean susceptibles de reducción (es decir, cuando podemos forzar la extensión del dedo). Existen ortesis que unen 2 o más dedos entre sí también con este fi n o con el de ayudar a la recuperación de lesiones en un dedo.
– Ortesis para juanetes: las hay simplemente para proteger del roce, o las denominadas correctoras (nocturnas o diurnas), que en realidad no corrigen, sino que mantienen la articulación en posición antiálgica (no dolorosa).
• Planta de los pies:
– Taloneras: utilizadas en fascitis plantares con o sin espolón. Si existe espolón, tienen una zona de viscoelástico menos duro en las zonas en las que suele presentarse el espolón, o se retira una parte dejando esa parte al aire (cada vez menos frecuente). También son útiles para sobrecargas del tendón de Aquiles. Es importante reseñar que aunque solo haya problemas en un pie deben utilizarse en los dos pies, para evitar descompensaciones al andar.
– Ortesis para descarga metatarsal: el dolor en el metatarso, en la zona inmediatamente anterior a los dedos, es frecuente cuando tenemos un excesivo arco lateral interno (pie cavo ), se desploma el arco transversal, o simplemente la almohadilla grasa que amortigua esa zona se desgasta. El uso de zapatos de tacón desplaza la carga desde el talón hasta esta zona, lo que también hace que aparezca dolor. Existen almohadillas para esta zona que actuarían como amortiguación y también plantillas, bien delanteras, bien medias plantillas o plantillas completas que tienen un apoyo retrocapital (justo en la zona anterior a la que duele) más duro y elevado que ayuda a reproducir lo que sería el arco transversal fisiológico.
– Plantillas: pueden ser completas o parciales (hasta la cabeza de los metatarsianos) Suelen incluir zonas de distintas densidades y propiedades de recuperación de material para absorber los impactos y dar soporte a los arcos plantares. Deben de ser distintas en función del uso que se les vaya a dar. Así, por ejemplo, las deportivas deberán tener mayor capacidad de absorción de impactos y distintas zonas con distintas capacidades de recuperación.
El pie diabético debe utilizar materiales específicos para él, si son plantillas deben ser siempre completas y debemos estar muy seguros de no dar lugar a zonas de roce o hiperpresión. Ante cualquier duda se debe derivar a podología o especialista para su cuidado.
• Tobillo: el esguince de tobillo es la lesión que con más frecuencia se atiende en urgencias.Las tobilleras se utilizan en su tratamiento. Existe una gran variedad, desde las tobilleras elásticas simples, para esguinces de grado I, hasta inmovilizadoras bivalvas que no requieren adaptación, pasando por distintos grados de estabilización mediante cinchas, placas laterales o flejes.
• Pantorrilla/Muslo: pantorrilleras/musleras elásticas o en neopreno; su efecto es compresión, calor y propiocepción. Se utilizan en roturas fibrilares o sobrecargas musculares.Están absolutamente contraindicadas en el síndrome compartimental (desarrollo desproporcionado del músculo con respecto a la fascia que puede deberse a sobreesfuerzo o contusión).
• Rodilla: las rodilleras pueden ser abiertas (dejan la rótula al descubierto) o cerradas y a su vez pueden llevar cinchas y ejes laterales(articulados o no) para aportar mayor estabilización hasta llegar a la inmovilización. Al igual que en tobillo, las lesiones más leves o crónicas podrán utilizar ortesis simplemente compresivas, mientras que según aumente la gravedad de la lesión se requerirá una mayor estabilización. Las rodilleras abiertas o las cinchas rotulianas o infrapatelares contribuyen a un correcto posicionamiento de la rótula por lo que son útiles en condromalacias (mejor rodillera) o lesiones por sobrecarga como la rodilla de saltador o del corredor. En el caso de esguinces, luxaciones o subluxaciones, a la rótula abierta deben sumársele ejes y cinchas que mejoren la estabilización y que dependerán del tipo y grado de la lesión. Las rodilleras con control de exoextensión requieren adaptación.
El uso de ortesis, aunque existen excepciones, debe ser lo más limitado posible en el tiempo y combinarse con medidas rehabilitadoras que devuelvan la movilidad y estabilidad a la zona lesionada, pues si croni camos su uso debilitamos la musculatura o las estructuras de sostén siológicas al estar sustituyendo su función.
Escrito por : Ana Teresa Jórdar Pereña