Desde principios de la humanidad ha existido una preocupación por la mejora del aspecto físico, tanto por un tema social como por querer mejorar nuestra propia autoestima. Los conceptos de belleza y cosmética son términos que van cambiando con los años y varían según las modas o tendencias.
El cuidado de la piel y su aspecto siempre ha formado parte de nuestra vida diaria, de ahí que el uso de preparados cosméticos haya ido evolucionando signifi cativamente en los últimos años. Por ejemplo, ¿quién no recuerda a Coco Chanel? Una mujer que marcó tendencia después de la Primera Guerra Mundial cambiando el modelo estético de mujer con sus ojos oscuros, sus labios rojos y su piel bronceada.
A partir de los años 80 se puso de moda el colágeno,
debido a la importancia que se le daba al bronceado, el envejecimiento de la piel se hizo más patente, se empezaron a desarrollar los liposomas, como nuevos sistemas de liberación de activos cosméticos.
Fue en los años 90 cuando la cosmética cogió más fuerza en el descubrimiento de nuevos activos como el ácido hialurónico, los alfahidroxiácidos, antioxidantes y vitaminas A, C y E. Iban saliendo al mercado cosméticos más efi caces gracias a la aplicación de técnicas más precisas, de hecho, en los últimos años se acuñó un nuevo vocablo, cosmecéutico (cosmético con acción terapéutica), que resulta de la intersección de farmacia y cosmética.
Cambio de rumbo
En el año 2003 con la Directiva 2003/15/CE del Parlamento Europeo y del Consejo se prohibió la experimentación con animales en los productos cosméticos. A partir de aquí cogieron mucha importancia los tratamientos naturales, “bio” o ecológicos, sin parabenos, conservantes o colorantes, lo que muchos llaman erróneamente cosmética “sin tóxicos”. Según los RD de productos cosméticos ningún cosmético “toxico” o dañino para el ser humano puede comercializarse.
En la Unión Europea, los cosméticos están regulados por el Reglamento 1223/2009, de 30 de noviembre, sobre los productos cosméticos, que se aplica desde julio de 2013. Antiguamente se utilizaban productos químicos que resultaban tóxicos como el mercurio, el plomo y el arsénico hasta que fueron prohibidos por su toxicidad. En la actualidad se buscan productos no tóxicos e hipoalergénicos.
A fi nales del siglo XX vuelve la moda del agua termal procedente de balnearios, muy rica en sales minerales y oligoelementos para regenerar la piel, nutrirla o repararla, que se incorpora como activo en cosméticos.
El consumidor de ahora se fi ja mucho en la cosmeticidad y funcionalidad del producto, que este sea fácil de aplicar, se extienda bien y tenga unas cualidades agradables tanto en textura como en olor. La fi nalidad es aparentar la juventud eterna, que ha dado lugar a la creación de nuevas técnicas, actitudes, conductas y tratamientos para luchar contra el envejecimiento.
El envejecimiento cutáneo tiene dos causas principales.
• La causa intrínseca o envejecimiento cronológico que se debe al propio hábito de gesticular y al efecto que produce la disminución de determinadas hormonas a nivel cutáneo.
• La causa extrínseca principalmente por la exposición a la radiación solar (ultravioleta A y B, infrarrojo y visible) y de otros efectos del exposoma (suma total de los factores de exposición) como son la contaminación ambiental, a alimentación, el tabaco o el estrés.
¿Qué activos se usan actualmente? Filtros solares
Hay diferentes tipos de protectores solares en el mercado según su fi ltro que puede ser físico, químico u orgánico y biológico.
• Filtros físicos o minerales: actúan a modo de pantalla refl ejando los rayos solares. Los más comunes de este grupo son el dióxido de titanio, óxido de zinc y la mica que aporta luminosidad a la piel. Son muy recomendables en pieles alérgicas o atópicas, reactivas, sensibles o con algún tipo de dermatitis. Para mejorar su cosmeticidad y no dejen rastro en la piel se formulan mediante nanopartículas.
• Filtros químicos u orgánicos: absorben la radiación y la modifi can para minimizar el impacto sobre la piel. Los que se utilizan con 0más frecuencia son el ácido p-aminobenzoico (PABA), ácido cinámico, alcanfor, bezimidazol, benzoxazol, homosalato, octocrileno y salicilatos así como todos sus derivados. Los PABA y derivados pueden producir dermatitis de contacto, por ello actualmente se formulan protectores solares “PABAFREE”.
Antioxidantes
O también llamados fi ltros biológicos, inhiben el estrés oxidativo ambiental al eliminar los radicales libres tóxicos, actuando como “barrera”.
El antioxidante ideal debe ser estable y efectivo en un amplio rango de pH, soluble en su forma oxidada y los compuestos de reacción deben ser incoloros e inodoros. Los que se usan más frecuentemente son:
• Vitamina C: Se puede encontrar presente en varias formas activas: ácido L-ascórbico, palmitato de ascorbilo y ascorbil fosfato de magnesio. Los cosméticos con vitamina C no manchan la piel, pero si pueden ensuciarla. En pieles grasas con poros abiertos se pueden depositar restos del cosmético, y con la exposición al sol, oxidarse y oscurecerse. No hay que olvidar que es una vitamina fotosensible.
• Vitamina E: actúa protegiendo los ácidos grasos constituyentes de los fosfolípidos de las membranas celulares frente a la degradación oxidativa.
• Ácido ferúlico: es un potente antioxidante polifenólico de origen vegetal, uno de los más efi caces que existe en el mercado.
• Resveratrol: es un polifenol que se extrae de la uva y otras semillas, que además incrementa la enzima antioxidante natural superóxido dismutasa.
• Fitoestrógenos: el envejecimiento de la piel en la mujer está favorecido por una disminución en la producción de estrógenos. Un ejemplo es la genesteína, una isofl avona procedente de la soja.
Al frenar los radicales libres producidos por la polución, se ha incrementado la fabricación de productos en el mercado denominados antirradicales libres, antiestrés e incluso antipolución.
Retinoides
Existen diferentes estructuras químicas, que dan lugar a una función y lugar de acción diferente: retinol, retinaldehído, retinoato, etretinato, acitetrin, isoacitetrin, adapaleno, tazarateno… A una baja concentración (0,05-0,1%) tiene una acción antioxidante, evitando el envejecimiento prematuro y los radicales libres. A altas concentraciones (0,2-0,3%) es despigmentante por inhibición de la formación de melanina, aumenta la producción de colágeno en un 80% (sobre todo el tipo I), mejora las arrugas y disminuye el tamaño del poro.
Alfahidroxiácidos
Los AHA’s aumentan el grosor de la capa profunda de la piel (dermis) porque estimulan la formación de nuevo colágeno, proporcionando mayor fi rmeza y elasticidad a la piel. También aumentan la hidratación, mediante la retención de agua. Los más usados en cosmética son el ácido glicolico, cítrico, málico, láctico y tartárico
Despigmentantes
Entre los despigmentantes más efi caces se encuentra la hidroquinona en una concentración entre el 2-4%. Puede provocar cierta irritación por lo que precisa receta médica en concentraciones superiores al 2%, y si se usa durante un tiempo prolongado puede crear resistencias y dar lugar a cronosis.
En los productos cosméticos de la farmacia podemos encontrar activos como el ácido azeláico que actúa en melanocitos alterados disminuyendo su actividad, el ácido kójico (concentración del 1-4%) o el ácido retinoico y derivados que son inhibidores no selectivos.
Factores de crecimiento
El boom de estos últimos años ha sido la aparición de los factores de crecimiento de origen vegetal y bacteriano en detrimento de los de origen animal, que ya están en desuso.
Su función es estimular la actividad de los fibroblastos y así la producción de colágeno, elastina y fi bronectina. Tienen una función reparadora, regeneradora y cicatrizante además de aumentan la densidad de la dermis, por lo que reducen las líneas de expresión y las arrugas.
Péptidos
Muy de moda actualmente, activan a las células madre para que produzcan nuevas células cutáneas que hemos ido perdidiendo con el tiempo. Los péptidos de origen biotecnológico estimulan los fi broblastos de la dermis para aumentar la síntesis de fi bras de sostén de colágeno, elastina y mucopolisa mucopolisacáridos como el palmitoyl tetrapeptide-3 y palmitoyl oligopeptide.
Probablemente el uso más reciente de los péptidos sea como reguladores de las funciones celulares. Dado que el cuerpo utiliza péptidos para comunicarse entre las células, se teorizó que tal vez los péptidos diseñados podrían ser capaces de regular las funciones cutáneas que se habían deteriorado con el tiempo debido a los efectos acumulativos del envejecimiento.
Hay cosméticos, que contienen péptidos como activos, de los que se afi rma que tienen funciones similares a la toxina botulínica, como es el caso de argireline o acetyl hexapeptide-3 (INCI) y Matrixyl o KTTKS.
Actualmente, la preocupación por rejuvenecer nuestro aspecto físico así como las alteraciones que presenta la piel como consecuencia del envejecimiento cutáneo, hace que la utilización de productos cosméticos antienvejecimiento esté al alza.
El campo de la dermocosmética ha evolucionado mucho con los años y cada vez surgen nuevos activos y técnicas para mejorar nuestro aspecto inspirándose sobre todo en los tratamientos médico-estéticos. Pero aún queda mucho por descubrir...
Escrito por : Aina Bordoy Bonnin