Cuando hablamos de nutrición todos sabemos que el objetivo es aportar al organismo todos y cada uno de los nutrientes necesarios para su buen funcionamiento. Además, estos elementos deben estar en la cantidad y proporción adecuada, como si de un juego de piezas se tratara, pues todo está relacionado y todos son necesarios, independientemente de que unos lo sean en gran cantidad y otros en cantidades ínfi mas. Los nutrientes están en los alimentos y también en los complementos alimenticios. Una alimentación óptima y un buen uso de estos productos puede aportarnos grandes benefi cios en el mantenimiento de nuestra salud.
¿Qué son y para qué sirven?
Los complementos alimenticios son alimentos y sirven para complementar nuestra dieta con ingredientes que tienen funciones nutricionales o fisiológicas (ayudan en las funciones normales del organismo). Pero para tener más detalle es interesante dirigirnos a la normativa ya que
estos productos tienen una defi nición muy detallada y que es la que mejor explica qué son. Tal y como dice el Real Decreto 1487/2009, de 26 de septiembre, relativo a los complementos alimenticios, se trata de productos alimenticios cuyo fi n es complementar la dieta normal y consisten en fuentes concentradas de nutrientes o de otras sustancias que tienen un efecto nutricional o fi siológico, en forma simple o combinada, comercializados en forma dosifi cada, es decir cápsulas, pastillas, tabletas, píldoras y otras formas similares, bolsitas de polvos, ampollas de líquido, botellas con cuentagotas y otras formas similares de líquidos y polvos que deben tomarse en pequeñas cantidades unitarias.
Esta normativa nacional española viene de una directiva europea que establece sus requisitos y también una lista armonizada en toda Europa de vitaminas y minerales que se pueden utilizar para formular los complementos alimenticios. Además, aunque en la normativa no estén especifi cados, también pueden usarse otros ingredientes como aminoácidos, ácidos grasos esenciales, fi bra, diversas plantas y extractos de hierbas.
Si vamos a la cuestión más práctica de para qué sirven, es importante entender bien el concepto de complementar la dieta. Estos productos son concentrados que nos pueden ayudar a mejorar el contenido de nutrientes en determinadas circunstancias en las que nuestras dietas no sean todo lo ideal que deberían. La propia directiva europea lo explica en su introducción: En circunstancias normales, una dieta adecuada y equilibrada puede proporcionar todos los nutrientes necesarios para el normal desarrollo y mantenimiento de un organismo sano, en las cantidades establecidas y recomendadas a tenor de los datos científi cos generalmente aceptados. Sin embargo, las investigaciones realizadas demuestran que esta situación ideal no se da en la práctica para todos los nutrientes, ni para todos los grupos de población de la Comunidad. Por ejemplo, personas que por su contexto de vida no consiguen comer de forma óptima y saludable, o que por determinados problemas de salud no puede o no consigue tomar la variedad y la cantidad adecuada de todos los grupos de alimentos. Esto debe entenderse así y nunca de modo equivocado sugiriendo que una dieta equilibrada y variada no puede proporcionar cantidades adecuadas de nutrientes y que por eso los complementos alimenticios son necesarios.
Y como en términos de salud a veces los límites no están claros, es muy importante saber que no son o para qué no sirven. Los complementos alimenticios no son medicamentos, por tanto, no pueden prevenir, tratar o curar ninguna enfermedad. Por tanto, no puede trasladarse al consumidor ningún mensaje como por ejemplo “producto a base de hierro que ayuda a prevenir la anemia”, “antiinfl amatorio natural” o “tratamiento efi caz contra…”.
¿Son necesarios realmente?
Son necesarios en muchas ocasiones, de hecho, utilizados adecuadamente, pueden ser una gran ayuda para nuestra salud. Los complementos alimenticios existen en el mercado y tienen su propia normativa por la importancia que tienen dentro del contexto de la dieta y la salud. Desde muy antiguo el ser humano se ha preguntado cómo mejorar su salud a través de ingredientes naturales y de la alimentación. El aceite de hígado de bacalao o la jalea real son productos de uso tradicional por su riqueza en nutrientes, y es que, ya sabemos hace unos cuantos años que un buen estado nutricional garantiza un buen desarrollo, crecimiento y salud.
El tomarlos cuando hacen falta aporta un benefi cio muy claro, si la dieta no es ideal y puede haber una ingesta baja de algunos nutrientes o sustancias necesarias para el organismo, los complementos alimenticios pueden aportarlos. Y si ayudan a que nuestro cuerpo tenga lo que necesita y en la cantidad adecuada, estarán dando soporte a las funciones básicas, optimizándolas. Por ejemplo, todos sabemos lo importantes que son los ácidos grasos omega-3 para la salud. Imaginemos una persona que no coma pescado azul nunca (porque no le sientan bien o no le gustan) y no toma nueces pues le provocan alergia. Aunque obviamente debería intentar incluir el pescado azul en su dieta, si no lo consigue, su ingesta semanal de estas grasas tan importantes será muy baja, de manera que podemos ayudar en este caso con un complemento alimenticio que contenga omega- 3 procedente de pescado azul o de krill. El benefi cio será muy importante en su salud cardiovascular, visual, neuronal, etc.
¿Cuándo deberíamos pensar en tomar un complemento alimenticio?
Todos y cada uno de nosotros tenemos momentos en los que estos productos nos pueden suponer un apoyo nutricional importante.
Por ejemplo, en épocas de mayor desgaste físico o intelectual, en condiciones de estrés, cuando no conseguimos llevar una alimentación ideal, en contexto tabáquico (fumar aumenta las necesidades de antioxidantes), en períodos de recuperación de alguna patología o de poco apetito, etc. En defi nitiva, siempre que sospechemos que nuestra dieta no está siendo ideal y por tanto puede no estar aportando la cantidad adecuada de cada nutriente. En estos casos, lo ideal es pedir consejo a algún profesional sanitario especializado en nutrición y conocedor de los complementos alimenticios, para que así haga una valoración precisa de cuáles pueden ser nuestras necesidades.
En general, tomar estos productos de forma sistemática y sin un objetivo específico no tiene sentido, sin embargo, sí podemos usar algunos en temporadas concretas del año como refuerzo adicional. Por ejemplo, en otoño y en primavera tomar un complemento multivitamínico y multimineral para asegurar la ingesta adecuada de vitaminas y minerales. Los complementos no van a perjudicarnos si los tomamos en contextos que no hacen falta, ya que, utilizados con las dosis recomendadas por los fabricantes no debería haber nunca un riesgo para la salud.
Solo una advertencia especial para los pacientes que toman anticoagulantes orales. Como estos fármacos tienen muchas interacciones y su margen de seguridad es pequeño, conviene, en estos casos, no tomar ningún complemento sin consultar al médico antes.
¿Cómo debe tomarse un complemento alimenticio?
Aunque son alimentos, no son productos que se coman, sino que se toman. Esto quiere decir que su consumo está limitado a una pauta concreta, a una dosis que está establecida por la función nutricional o fi siológica que hagan los ingredientes y también por su perfil de seguridad. El hecho de pensar “si es bueno, cuanto más mejor” no sirve puesto que los nutrientes también pueden llegar a tener dosis tóxicas. Según la normativa, son los fabricantes los que recomiendan las dosis máxima y mínima de consumo diario, puesto que ellos son los máximos onocedores de sus productos y por tanto de su uso adecuado. Muchos nutrientes se eliminan y no tienen dosis máximas de seguridad, pero hay otros que se acumulan y sí pueden dar problemas, por ejemplo, la vitamina A o el selenio. Por eso, son productos que deben tomarse con la pauta que esté establecida para cada producto o bien con la pauta que fije el profesional de la salud que los conozca bien y los recomiende.
Aspectos prácticos del etiquetado que debemos saber
Las etiquetas de los alimentos y de los complementos alimenticios en particular tienen toda la información necesaria para que el consumidor pueda decidir comprarlos y usarlos adecuadamente. Hay muchos elementos que se deben indicar y que vienen dados por la normativa, algunos de los más importantes son:
• Denominación del producto como “complemento alimenticio”.
• Lista de ingredientes: todos y cada uno de los ingredientes deben estar enumerados en orden decreciente, indicando de forma destacada los alérgenos que establece la normativa. Este elemento tiene que estar disponible también en páginas web cuando los productos se vendan a través de plataformas online.
• Mención clara y visible de los nutrientes y otras sustancias que forman parte del producto.
• Cantidad por dosis recomendada de dichos nutrientes y otras sustancias.
• Indicación de la dosis recomendada y advertencia de que dicha dosis no debe superarse.
• Indicación de que el producto se debe mantener fuera del alcance de los niños más pequeños y de que los complementos alimenticios no son sustitutivos de la dieta equilibrada y saludable.
En las etiquetas debe quedar claro qué es el producto, a base de qué está formulado, cuánto tiene de los ingredientes con efecto nutricional o fisiológico, cómo debe tomarse y las advertencias necesarias para hacer un buen uso. En defi nitiva, los complementos alimenticios son productos de gran ayuda para conseguir los niveles óptimos de nutrientes para mantener un buen estado de salud. Forman parte importante de las herramientas nutricionales de las que disponemos los profesionales dedicados a la nutrición, aunque por supuesto, siempre anteponiendo la importancia de la dieta y de la adquisición de buenos hábitos. fv
Escrito por : Laura Arranz
