Los padres deben ejercer de padres y recuperar su espacio de autoridad y poder, que no de autoritarismo, y dejar de pretender caerles bien a sus hijos; tienen que poner límites, para evitar el cada vez más frecuente caso de los niños tiranos, apunta la psicóloga cántabra Aurora Gil en las actividades previas al Congreso de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) que tiene lugar en Santander desde el 19 de octubre hasta el próximo sábado. La psicóloga cántabra diferencia a los niños tirano de los niños mimados o consentidos. Entre sus rasgos, destaca la ausencia de sensibilidad ante el dolor ajeno, la incapacidad para comprender los sentimientos de otros, la baja tolerancia a la frustración, la ausencia de sentimientos de culpa y remordimiento, el hecho de sentirse a menudo enfadados, tristes y ansiosos y la baja autoestima. Hay niños que por su comportamiento puede parecer que no tienen baja autoestima y, sin embargo, sí la padecen, ya que esta es un problema emocional e interno.
Aurora Gil señalaba su preocupación por un problema que se da en un momento en el que los niños son conscientes de su empoderamiento social, en una sociedad envejecida, en la que los niños son muy ansiados y en la que muchos padres buscan mecanismos de compensación por el sentimiento de culpa al no poder pasar más tiempo con ellos o para que no les falta nada de lo que ellos no tuvieron.