Entre las patologías más frecuentes propias de esta época del año se encuentran las picaduras de insectos, gastroenteritis y las otitis externas. Es muy importante conocer sus causas y síntomas para lograr un tratamiento efectivo así como para poder tomar las medidas necesarias para su prevención. En este post nos centramos en las gastroenteritis.
En verano estos procesos digestivos son, en su mayoría, de origen vírico, siendo las más frecuentes las producidas por intoxicación alimentaria debido a una mala manipulación de los alimentos. Estos cuadros suelen afectar a todo el núcleo familiar del niño y tienen su origen en la ingesta de un determinado alimento. Los alimentos más comunes en este tipo de patología son el pollo y el huevo, así como los alimentos derivados de estos. Suelen aparecer de manera brusca, siendo los síntomas más frecuentes los vómitos y náuseas, por una parte, y las diarreas, por otra.
El signo de preocupación más grave en relación a ellas es la posible deshidratación del niño. El tratamiento de estas gastroenteritis tienen como objetivo principal recuperar el equilibrio hídrico y osmótico del niño. Las soluciones hiposódicas de rehidratación oral, de venta en farmacias, van a ser las más adecuadas para tratar estos síntomas. No se recomienda la ingesta de bebidas azucaradas, porque pueden provocar un desequilibrio osmótico importante. En relación a la ingesta de comida, en los últimos tiempos se está recomendando una dieta normal, sin forzar, acorde a la edad del niño, evitando periodos prolongados de ayuno. En caso de que el niño no tolere estas soluciones de rehidratación o que los vómitos y diarreas persistan en el tiempo, se deberá acudir al médico para que valore la situación clínica del niño.