Según la última Encuesta Nacional de Salud el 2,2% de los menores presentan algún trastorno de conducta y el 1% trastornos de salud mental. Sin embargo, existe un importante número de consultas a pediatras por parte de padres y cuidadores sobre problemas de comportamiento en niños que no llegan a presentar ninguna patología específica.
En el caso del Estudio Época, la mayoría de consultas recibidas por los pediatras participantes fueron sobre comportamiento, falta de atención, nerviosismo, hiperactividad, bajo rendimiento escolar, poca concentración o dificultades de aprendizaje. En estos casos, según el estudio, los pediatras no acostumbran a prescribir tratamientos farmacológicos. Un 26,2% optan por realizar consejos generales de comportamiento y el resto recomiendan cambios de hábitos (actividad física, higiene del sueño, medidas cognitivo-conductuales o recomendaciones dietéticas), en algunos casos también les derivan al psicólogo, les prescriben algún complemento alimenticio rico en omega 3 o combinan varias de las opciones anteriores.
Según los datos recogidos en el estudio, cerca de un 50% de las familias presentaban afectación del estado de ánimo como tristeza, desesperanza o ansiedad y, en general, una peor calidad de vida. Esta situación también influía negativamente en la salud física de los padres y afectaba a sus relaciones interpersonales.
Peor estado de salud y un menor crecimiento
El estudio muestra que aquellos menores que presentaban problemas de conducta tenían en general un peor estado de salud y calidad de vida, y mostraban menor talla, peso e IMC que la media del resto de la población de su edad. La mayoría de estos niños seguían una alimentación más desequilibrada con un consumo más bajo de pescado, verduras y frutas que la media, y más elevado de refrescos con azúcar y snacks. También destaca el hecho que los niños con problemas de comportamiento dormían aproximadamente media hora menos de lo habitual para su edad.
Como es normal en este tipo de estudios, los problemas de comportamiento son más frecuentes en los niños que en las niñas. Los principales factores que parecen estar relacionados con la aparición de problemas de conducta son la obesidad, los factores de riesgo en el entorno social o familiar, un nivel socio-económico bajo, el consumo de alimentos no recomendables o la falta de sueño.
El Estudio Época sobre los problemas de conducta en menores de 12 años.
El Estudio Época se ha realizado a través de una muestra de cerca de 1.000 niños entre 6 y 12 años y han intervenido en el mismo más de 200 pediatras. Su objetivo ha sido analizar el impacto de los problemas de conducta en la infancia sobre la salud y la calidad de vida del niño y su familia. El estudio pretende conocer el perfil de los menores afectados y los factores asociados a su aparición y evolución.
Los datos del estudio, que se han publicado en el número de Octubre de la revista Acta Pediátrica, sugieren que existe un alto porcentaje de niños aparentemente sanos que una vez evaluados presentan probables problemas de salud mental, que afectan a su salud, su calidad de vida y la de sus padres. Por esta razón, es de particular importancia que los pediatras y, en general, los profesionales de la salud, que reciban consultas por parte de los padres y tutores sobre problemas de conducta o comportamiento, realicen una evaluación profesional de los mismos y apliquen medidas no farmacológicas que ayuden a reducirlos.