La humedad incrementa la probabilidad de contraer dolencias como el pie de atleta -los conocidos hongos-, sobre todo cuando se camina descalzo por las instalaciones comunes, o de desarrollar cistitis o infecciones del tracto urinario, sobre en mujeres.
Sin abusar del sol
La exposición al sol constituye otro de los riesgos de las horas de asueto que pasamos en los días de verano. Conviene, por tanto, respetar las recomendaciones habituales como evitar la exposición en las horas centrales del día, protegernos con sombrillas, sombreros y gafas de sol y, sobre todo, aplicarnos protección solar con un factor suficiente, nunca inferior a 30”. También a la hora del baño se deben tomar algunas precauciones: desde introducirse poco a poco en el agua para evitar los cortes de digestión, o evitar zambullirse de cabeza en zonas poco profundas para evitar los accidentes.
- Siempre hidratados. Al preparar el bolso de la piscina o la playa, la botella de agua es imprescindible tanto para refrescarse como para mantener el organismo hidratado y evitar golpes de calor. Tampoco puede faltar una pieza de fruta, que se puede tomar para almorzar o merendar, ya que los antioxidantes que contiene refuerzan las defensas naturales de la piel frente a las agresiones del sol.
- Evitar la exposición solar en las horas centrales del día. Los rayos solares son más perjudiciales entre las doce de la mañana y las cuatro de la tarde. Si no se puede evitar la exposición, cobijarse bajo una sombrilla o un árbol.
- Usar fotoprotectores frente a la radiación UVA, UVB e IR-A. Dependiendo de tu fenotipo, se debe aplicar un fotoprotector de uno u otro factor, pero nunca inferior a 30. Hay que aplicarlo media hora antes de exponerse al sol y reaplicarlo cada dos horas y tras el baño. Elegir, además, bálsamos labiales y maquillaje con filtros solares.
- Ponerse sombrero y gafas de sol. El sombrero, gorra o pañuelo protegen la cabeza, y las gafas de sol evitan daños oculares. Deben contar con una protección del 100% frente a los rayos UV, así como el certificado de la UE.
- Pies a cubierto. No caminar descalzo por las instalaciones comunes o paseos marítimos, y usa siempre sandalias, chancletas o escarpines, especialmente en vestuarios, duchas y saunas.
- No compartir objetos personales. No olvides que el hongo que provoca el pie de atleta se contagia fácilmente de una persona a otra, por lo que no se deben compartir las toallas ni ningún tipo de calzado. Tampoco el bañador, que puede ser fuente de otras infecciones.
- La humedad no es buena compañía. La humedad que permanece en la ropa tras el baño favorece el crecimiento de las bacterias que provocan la cistitis, por lo que debemos cambiarnos el bañador o al menos desprendernos cuanto antes de ella, secándolo bien.
- Al agua, poco a poco. A la hora del baño, meterse en el agua poco a poco, para permitir a tu organismo acostumbrarse paulatinamente a la temperatura del agua cuando esta está muy fría y evitar los famosos cortes de digestión.
- Mejor, con cabeza. Si no se está seguro de que esa zona de la piscina o del mar cuente con la profundidad suficiente, no zambullirse de cabeza o con acrobacias, pues se corre el riesgo de sufrir un grave traumatismo. Tampoco permitir que los niños y adolescentes jueguen junto al borde o en zonas de acantilados o rocas. Y prestar atención al color de las banderas en la playa.
- Cuidado con mosquitos y medusas. A menudo, las jornadas veraniegas se alargan hasta el atardecer, momento en que los mosquitos hacen su aparición y se vuelven más agresivos. En este momento, hay que aplicarse repelente y ponerse encima alguna prenda de ropa. Y para evitar las picaduras de medusas, permanecer fuera del agua si estas se encuentran cerca de la playa donde estamos, y sobre todo, no tocarlas aunque estén en la orilla y parezcan muertas.