¿Cuáles son las infecciones de las vías respiratorias superiores más comunes en la infancia?
Las infecciones bacterianas respiratorias más frecuentes en la población infantil son adenoiditis, faringitis, amigdalitis y sinusitis. En cuanto a las enfermedades de origen vírico, la gripe es la más común.
¿A qué se deben estas infecciones?
A un desequilibrio en el sistema inmunitario. Los microorganismos causantes de las infecciones se aprovechan de una bajada en las defensas, colonizando con mayor facilidad los tejidos afectados.
¿Puede hablarnos de los síntomas de estas infecciones?
Dolor local, fiebre y malestar general. Mucosidad, tos, afección de la voz, adenopatías cervicales dolorosas, hinchazón de la garganta y dificultad para la deglución (disfagia).
¿Pueden prevenirse estas infecciones mediante la vacunación?
Las autovacunas y/o vacunas terapéuticas bacterianas específicas potencian nuestro sistema inmune y nos previenen contra infecciones respiratorias de origen bacteriano, tan frecuentes y molestas como la faringitis, amigdalitis, sinusitis, rinitis o adenoiditis. Están compuestas por un lisado de cepas bacterianas prevalentes en lesiones de las enfermedades infecciosas a tratar. Según los especialistas, la efectividad de estas vacunas llega a rondar el 70-80%.
En las vacunas específicas las bacterias proceden en su origen de las Colecciones de Cultivos Tipo validados, que Probeltepharma, por ejemplo, adquiere bajo los más estrictos controles de calidad y seguridad. En el caso de las autovacunas, las bacterias proceden del cultivo de la muestra del paciente que previamente ha tomado el médico especialista en la consulta.
Gracias a estas vacunas se reduce el número de visitas médicas y el absentismo escolar. También el uso de antibióticos, los quimioterápicos, e incluso en algunos casos pueden evitar la cirugía.
¿Pueden comportar las infecciones de las vías respiratorias superiores problemas de salud más graves en el caso de los niños?
Son enfermedades que, sin ser en principio muy graves, pueden generar complicaciones si se extienden a las vías respiratorias bajas, como bronquitis y neumonía. Además, el sistema inmune de los niños es aun inmaduro, sus vías aéreas son más pequeñas y generan más secreciones (tienen más glándulas secretoras/cm2 que los adultos) lo que puede agravar las afecciones.
Por otro lado afectan mucho a la calidad de vida de los niños y a su rendimiento escolar. En uno de cada tres niños que las padecen se dan de manera recurrente, lo cual significa que pueden llegar a tener de 3 a 5 episodios en un mismo año.
Estas infecciones se tratan generalmente con antibióticos (en caso de ser bacterianas), pero el abuso de este tipo de medicamentos puede generar resistencias y provocar efectos secundarios desagradables como las alteraciones intestinales. Además el paciente que haya recibido varios tratamientos antibióticos seguidos tiene mayor probabilidad de padecer infecciones por hongos.
¿Qué medidas de prevención deben seguir los padres /cuidadores para evitar que los niños contraigan este tipo de enfermedades?
Mantener hábitos de vida saludable, el ejercicio físico y la dieta sana, con un consumo de líquidos adecuado, mantienen el sistema inmune activo. La higiene diaria es muy importante; hay que hacer hincapié en un correcto lavado de las manos y las precauciones ante estornudos y eliminación de moco.
Las vacunas bacterianas específicas tienen un carácter preventivo, así que es recomendable comenzar el tratamiento en períodos asintomáticos previos al invierno o cambio de estación, o una vez se supere el episodio del que se esté tratando por las terapias habituales.
¿Cuál cree que es el papel del profesional farmacéutico en este contexto?
Ofrecer asesoramiento: recomendar y orientar a los pacientes sobre qué medidas tomar y qué medicamentos pueden ayudar a combatir los síntomas que padece. El farmacéutico resulta clave para diferenciar entre gripe y resfriado, y recomendar el tratamiento más adecuado o derivar al médico si es preciso. De esta forma se evita la toma indiscriminada de antibióticos.