Tu escaparate habla de tu marca
Como el interior, como tu identidad corporativa, el escaparate habla de tu marca. ¿Qué quieres que diga? Es uno de los mejores recursos que tienes para comunicarte con tus ya clientes y con tus clientes potenciales. Úsalo con acierto y aumentarán tus ventas. El exterior y el interior de la tienda deben hablar un mismo lenguaje. Es básico entender que el escaparate está íntimamente relacionado con la farmacia, que no son dos realidades distintas. Deben mantener absoluta coherencia: el escaparate no puede prometer algo que no tiene continuidad en el interior.
Ideas, no productos
Concíbelo a partir de una idea, de una temática, y piensa, luego, en los productos que se adecúan mejor. Las temporadas y cambios de estación son el ejemplo típico: piensas en el inicio de la primavera y ello te lleva automáticamente a ciertos productos estacionales.
No agobies
No pongas mucha cosa, no pongas muchos productos, no pongas mucha información. Deja que el escaparate respire, no lo abarrotes. Pocos productos pero un mensaje simple y claro. Y eso sí: incluye el precio.
Juega con materiales, alturas y luz
Y no tienes por qué gastarte demasiado dinero en ello. Del bazar chino del barrio puedes sacar un montón de material, si sabes usarlo con gusto. Trabaja el fondo, usa distintas texturas que te permitan contrastar colores y materiales con el producto, que siempre debe ser el protagonista. Una buena iluminación es fundamental.
Sé original
Para conseguirlo, es importante aprender a prescindir de la cartelería promocional. Te quita trabajo pero te asemeja a otras cien mil farmacias. Otras veces el secreto está en darle un uso nuevo, que no esté muy visto. El soporte de promoción es entonces una ayuda, pero no lo más importante o lo único visible. Ve más allá: tu escaparate no tiene que parecer necesariamente un típico escaparate de farmacia.
Atrae miradas
Si no llamas la atención del que pasa al lado de tu escaparate, es como si no existiera. Prueba su capacidad de atracción, observando reacciones y tomando nota de las cosas que funcionan y de las que no para futuros escaparates.
Diviértete
No te lo tomes como una ardua tarea comercial, sino como un espacio para desarrollar tu creatividad. El día a día nos permite poco espacio para la creación. Hay que sacar al artista que todos llevamos dentro. No hace falta tener conocimientos artísticos, sino ponerle interés: pensar en ello, dedicarle algo de tiempo y observar muchísimo. Mira a tu alrededor, en tu propia ciudad, en tus viajes o en internet puedes encontrar muchísimas ideas. Atención: no hablamos de copiar, sino de inspirarte en las buenas ideas de otros.
¡Que te guste a ti!
Es tu creación, mímala, obsérvala cada día, límpiala y cuida de ella. Si a ti te gusta, ¿por qué no va a gustar a tus clientes?
Comunica más allá de la venta
¿Por qué usarlo sólo para vender productos? Hemos dicho que es un canal de comunicación tremendamente útil: úsalo también para hablarle de otras cosas a tu cliente. Para ofrecerle asesoramiento, para anunciar tus servicios, para proporcionarle cualquier información que consideres útil. Te lo agradecerá.
Si se te hace una montaña, contrata a un profesional
No todos tenemos las ganas o la ilusión de dedicarle tiempo al escaparate, para eso tenemos profesionales que pueden hacernos el trabajo con creatividad. Infórmate de las tarifas, tal vez no son tan caras como piensas. O quizás conoces a alguien que, sin ser escaparatista profesional, tiene ideas y buen gusto y puede ayudarte en la tarea, a un precio más económico. La cuestión es: hazlo bien o que te lo hagan bien. Pero no hagas algo sin ningún interés porque, en vez de hacerte un favor, te perjudica. El artículo continuará FV
{jcomments on}