Se ha detenido a 36 integrantes de la red y se ha imputado a otros 2 por delitos contra la Salud Pública (Tráfico de Medicamentos), Falsedad Documental, contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social, y de pertenencia a Grupo Criminal. Asimismo, se han llevado a cabo 28 registros en Zaragoza, Teruel, Barcelona, Granada, Málaga y Valencia, de farmacias, almacenes de distribución de medicamentos y domicilios de los ahora detenidos.
La investigación se inició tras conocer el tráfico ilícito de medicamentos que se detectó en el informe elaborado por el Servicio de Farmacia del Servicio Aragonés de Salud a raíz de la explotación de la operación PHARMAKON, llevada a cabo también por la Guardia Civil en Teruel. Según este informe se estaban practicando actividades ilícitas en la venta de fármacos a través de recetas falsas. Este delito podría suponer un riesgo para la salud pública, ya que, los medicamentos deben contar con una cuantía fijada por las autoridades sanitarias en el mercado español. Si una parte de estas dotaciones son exportadas de manera irregular existen riesgos de desabastecimiento en España, provocando que los pacientes no puedan acceder a su medicación y poniendo en riesgo su salud.
Tras analizar la actividad económica y los suministros de medicamentos de las 739 farmacias de la Comunidad Autónoma de Aragón, los agentes sospecharon de la implicación de 14 farmacias de Teruel y de Zaragoza en el tráfico ilícito de medicamentos.
El modus operandi utilizado en dicha actividad delictiva era el conocido como “distribución inversa”, consistente en la venta legal de un número determinado de medicamentos que un almacén distribuidor o laboratorio realizaría a una o varias farmacias. Estas últimas, junto con otro almacén distribuidor, se quedaban con un pequeño número de los medicamentos para su dispensación a los pacientes. El resto eran enviados al almacén distribuidor a través de diferentes procedimientos, quienes los depositaban en almacenes legales o ilegales, los cuales tras su almacenamiento, se encargarían a la venta países de la UE (Alemania, Reino Unido, Bélgica, Dinamarca, Holanda, Austria y Grecia) y terceros países.
La red obtenía los medicamentos en las farmacias, puesto que el precio de los fármacos dispensados en España es mucho más barato que los que se destinan a la venta mayorista en el extranjero.
Las farmacias recibían del almacén mayorista implicado en la “trama” el listado de medicamentos a conseguir (estos listados varían mensualmente, donde se modifican los márgenes de beneficios obtenidos, según los precios de venta de los medicamentos fuera de España). Posteriormente y una vez conseguido los medicamentos procedentes del laboratorio o almacén mayorista mediante la vía legal, la farmacia deriva estos medicamentos al almacén implicado, camuflando estas ventas mediante diferentes procedimientos. A su vez, este almacén se encargaba de venderlos fuera de España, llegando en algunos casos a obtenerse un beneficio del 800% sobre el precio de venta en España.
En otras ocasiones, utilizaban a intermediarios, conocidos como “bolseros”, que una vez que las farmacias conseguían los medicamentos solicitados por el almacén implicado, efectuaban la compra de los medicamentos (como venta libre sin receta, o mediante receta falsa), y posteriormente se encargaban de transportarlos hasta a los almacenes de la “trama” para su posterior venta en el extranjero.