Esta iniciativa coincide con la reciente firma del Convenio de Minamata, firmado bajo el auspicio de la OMS, que permite que los países sigan utilizando el mercurio en aparatos médicos de medición hasta 2030 bajo circunstancias especiales.
El Convenio de Minamata ha sido adoptado en Kumamoto (Japón), con el apoyo de la organización Salud Sin Daño, con motivo de la Conferencia de Plenipotenciarios que se ha celebrado recientemente. El Convenio está abierto a la firma de los estados miembros y las organizaciones regionales de integración económica en Kumamoto y, posteriormente, en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York (EEUU) hasta el 9 de octubre de 2014.
El convenio establece un plan para eliminar las formas más perjudiciales de la utilización del mercurio, reducir las emisiones procedentes de la industria, promover métodos sin mercurio, proteger a los niños y mujeres en edad fértil de la exposición y tomar medidas para mejorar la salud de los trabajadores.
Salud Sin Daño trabaja desde hace más de 15 años en la eliminación del mercurio de los dispositivos médicos. A su causa se sumó la OMS, apoyada por la Unión Europea, Estados Unidos, Argentina, Chile, Costa Rica, Nicaragua, Filipinas, Nepal, Sri Lanka y Mongolia.
El mercurio es tóxico para la salud humana, siendo una amenaza especial para el desarrollo del niño en el útero. La inhalación de vapor de mercurio puede producir efectos perjudiciales en los pulmones y los riñones, en el sistema nervioso, digestivo e inmunológico. Además, es corrosivo para la piel, los ojos y el tracto gastrointestinal, pudiendo inducir toxicidad renal si se ingiere. FV
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